The Naked Reader (La Lectora Desnuda)

Escrito sobre escultura de Ramon Pons 

 

Lee.

Desnuda.

Pasa página mientras puedas.

Lee.

Aplaza el regreso

a tu vida de tela.

 

Recréate

en los acentos y las comas

que conforman

la piel de las lenguas;

en el calor de las solapas

que condensan tu lluvia...fresca.

 

Siéntete cómoda.

Siéntate hembra.

 

Rebosa el tiempo.

Haz que derrame su esencia.

Ofrécete

en descanso de Diosa griega.
 

Abiertas

la mano, el libro,

tus ganas, tu prenda.

 

Siéntate cómoda.

Siéntete hembra.
 

 

 

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My Favorite Slave

Escrito sobre escultura de Ramon Pons                          


                            De cuerpo presente te quiero siempre,
                            mientras el dolor no finja su nombre
                            y tu mente entumecida
                            se empeñe en ser adicta a la mía.

                           Así sea en tus manos como en tus rodillas.
                           Así sea en la noche como en el día.

                           Te queda el consuelo de perseguir
                           el vuelo donde los extremos se tocan,
                           y donde el mejor esclavo
                           recibe el peor de los castigos:
                           la libertad de su boca.

                           Palabra de Amo.

 

 

 

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El millor costat...?

Poema sobre escultura de Ramon Pons

Fui quizás cabeza entera.

Ahora soy el resto.

Lo que queda del cuerpo,

siempre

a tierra.

 

Ara sóc un pensament de sal.

Una pizca de niebla.

 

 

 

 

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¿Quieres?

 

¿Puedes quedarte esta noche?

¿Quieres?

 

Ya no resiste mi piel el engaño

sutil e inconsciente

de otro monosílabo ausente.

 

Así que...

si quieres,

si puedes,

desmaquilla tus palabras

y deja al miedo sin alma

para que pueda verte.

 

¿Que si quiero?

¿Que si puedo?

 

¿Qué respondo si no hay espacio

para el abecedario

del silencio?

 

¿Qué te cuento si el abandono

se cuela en nuestra cueva

cautivando al apego?

 

Lo fácil sería decir

'lo que tú quieras',

y ese escudo de tierra

se convertiría en condena.

 

Entonces,

¿Te vas o te quedas?

Dímelo,

 para que mi boca

permita a cierto latido llegar,

mejor tarde que nunca,

a su destino.

 

Y sepa

Y entienda

Y respete

que no hay mejor respuesta

que la tuya.

Sí, esa,

la que espera

de puertas para adentro

anhelando ser

 descubierta.

 

Hoy me voy.

Lo digo y al decirlo

algo cruje y se suelta.

Me voy

para que la próxima vez

no duerman en vela

las ganas de vivirte cerca.

 

No te vayas

sin antes leer mis labios

de arena,

que agradecen

que los príncipes besen a las princesas,

 por muy cursi que el envite parezca.

 

Nos vemos.

Nos vemos.

Por

Fin.

 



Destierro y Descielo

Transito

el instante anterior

a ser cuerpo

sin nada con qué sostenerlo

sin promesas ni viento

sin luna ni cielo…

ni siquiera miedo.

El olvido de la mano del silencio.

A la deriva.
Sin nombre que me defina
ni eco que me recoja.

¿Cómo seguir escribiendo

desde este hemisferio?

¿Cómo?

Cae

entonces

el andamio de un naufragio

sin estruendo.

Se anuncia

poco a poco

lo pequeño:

la inmediatez del suelo,

el vuelo raso

del niño tiempo,

una estrella diminuta

en el verbo.

Así de salado regreso.

No es por nadie que me visto de fango

y rezo.

Es mi destierro.

Mi descielo.

Abierta ya la herida en el horizonte

estoy de pié

sobre la arena

siguiendo mis pasos

ciegos.

Secretos de seda

                                       Me llevé tus palabras a casa,
                                       les hice sitio en la mesa,
                                       y mientras cenaba las miré;
                                       me miraron.
                                       Repasamos nuestros perfiles
                                       buscando resquicios en la piel.
                                       Umbrales donde posar la atención
                                       y pasar de puntillas al otro lado:
                                       al hogar de los gusanos
                                       y de las mariposas,
                                       al lugar donde se ha oído hablar
                                       del viento y de la luz.

                                       La caligrafía de mi voz
                                       se transmutó en secretos de seda.
                                       Y ahora ya somos uno
                                       tus nombres y yo.
                                       Si es que alguna vez
                                       dejamos de serlo.

Vino

Vino
Vino y se fué
Y se volvió a ir
Y entonces se marchó
Y ya no vuelve
Y ya se ha ido
Para siempre
Para esa mentira que es

Siempre.
 
Al despertar sola en nuestra cama
Veo todavía tu perfil de angustia
Y corro a tu encuentro
Por si algún mensaje sobrevivió...
Nada.
 
Quiero hablarte y decirte
Y el monólogo se parte en dos

Por no saberte

Y ensayo voces en la habitación
Por si las moscas
Por mí...por mí y por tí
Por si alguna vez me escuchas.
 
Sé que lo harás
Lo harás
Cuando no sufran mis palabras
Y mi piel acaricie otros labios
Lo harás de día
En la calle
Mientras cuentas tus pasos.
 
Vino
Se quitó los miedos
Junto al sofá blanco
Y me acarició
Y soñó
Y durmió conmigo
Y cogió todo lo que le permitieron
Mi silencio y sus manos.
 
Vino
No me vió
No lo ví
Cerró los puños con fuerza
Cambió la cerradura de su puerta
Y voló...

Voló tan alto
Que sólo pude ver
Un color
En su cielo de piedra.
 
Un día creerás verme
En otros ojos
En una espalda
En otra duda ciega
Una punzada de dolor
Hilvanará tus latidos
Derramarás el río
Que no lloraste
Y por fin el amor
Sabrá donde encontrarte
Ya no habrá ni rastro de mí

En los charcos
Ni bajo la noche
Ni sobre los tejados.
 
Y alguien
En algún lugar
En algún tiempo
Estará contento
Porque vendrá
Para quedarse.
 
Vino
Está aquí...
Sentado a mi lado
Con mis manos le escribo
Con mi voz le amo.