martes, 27 de mayo de 2014

Destierro y Descielo

Transito
el instante anterior
a ser cuerpo
sin nada con qué sostenerlo
sin promesas ni viento
sin luna ni cielo…
ni siquiera miedo.
El olvido de la mano del silencio.
A la deriva.
Sin nombre que me defina
ni eco que me recoja.
¿Cómo seguir escribiendo
desde este hemisferio?
¿Cómo?
Cae
entonces
el andamio de un naufragio
sin estruendo.
Se anuncia
poco a poco
lo pequeño:
la inmediatez del suelo,
el vuelo raso
del niño tiempo,
una estrella diminuta
en el verbo.
Así de salado regreso.
No es por nadie que me visto de fango
y rezo.
Es mi destierro.
Mi descielo.
Abierta ya la herida en el horizonte
estoy de pié
sobre la arena
siguiendo mis pasos
ciegos.